jueves, 20 de septiembre de 2007

TRAVESÍA INFERNAL





Viajamos junto con las bandas invitadas desde Santiago a la maratónica fonda rock que se realizó el 17 de septiembre en Copiapó. Un periplo y un concierto inolvidables vuelven a vivir desde la pluma y atenta observación de nuestro espía gonzo.

Texto: Pedro Ogrodnik C.

Fotos: Santiagostoner, Menesín, Joss y J.P. Cabañas.


Para quienes pudimos asistir a la fonda Copiarock desde Santiago en el BELCEBUS (o sus apodos under: VINCEBUS ERUPTUM, DEATH BUS, CAMINITO HACIA EL MISMO INFIERNO, CARCACHA ‘E MIERDA o EMBRAGUE DE ORO), la experiencia quedará anclada en el recuerdo como uno de los viajes más diabólicos que se hayan realizado para observar una de las jornadas de rock local que más prometía en todo el año. Como preámbulo, el viaje en el bus contratado por la aperrada producción para llevar a todas las bandas que venían desde Santiago, Viña y Coquimbo, fue una interesante antesala para la tocata que deleitaría a los afortunados copiapinos.

PARTE I: CRÓNICAS DE VIAJE (IDA)

Mi historia comienza más o menos a las 7 y media de la tarde del domingo 16 de septiembre, cuando aprovechando la corta distancia desde mi hogar, me junto con los chicos de Electrozombies en la casa de Quinta Normal donde viven y ensayan (qué patio más la raja), para llegar al punto de reunión de todas las bandas, que fue la casona recoletana donde está la sala de ensayos de Devil Presley. Al llegar, ya se encontraba buena parte de las bandas compartiendo tallas y cervezas alrededor de un cerro de equipos y bolsos en el zaguán interior, además de algunos anexos que asistían por amor al rock y aprovechando la oferta hecha por producción para llenar los cupos del bus.

Una vez hecha la carga y ciertos trámites pertinentes, el gigante con ruedas inicia el viaje a las 10 de la noche, cuando el amargo aroma de la pilsen ya arreciaba en el interior del bus, mezclándose con el siempre bien recibido humo de marihuana. Alguien pone un DVD de Heaven and Hell mientras en el fondo del bus un grupo jugoso, en el que se encontraban miembros de Tabernarios, Devil Presley y Corona de Espinas, no deja de tirar tallas. Los cabros de Trakto van más piolitas, al igual que Electrozombies, mientras me tomo unas pilsen y converso con el buen Negro Borrego y Pepenacho, guitarrista de Trakto.

Al par de horas, el bus ya era una verdadera cantina sobre ruedas. Los hocicos estaban calientes y la falta de alcohol se tornaba una realidad. Mientras tanto, algunos dormían y otros trataban de mirar fuera de las ventanillas conectados al discman. Adelante, el Rod “Lágrima” Presley (bautizado así por poner boleros y corridos de Los Tigres del Norte en el dvd player) regaloneaba junto a su chuckilla, mientras un par de chicas ya dormían a pierna suelta. El bus hace su primera parada en el pueblo de Los Vilos, donde los cabros se aperan en la botillería más cercana. Era la hora del “destilado”. Otros se compran su comistrajo, mientras comparten un permanente clima de camaradería, tallas y conversa. Ese clima dura hasta el momento en que uno de los ilustres pasajeros del bus cedió al cansancio y la ebriedad, y en medio de su apagón de tele, “rehizo” toda la comida que había ingerido en el asiento del lado, por fortuna vacío.

Una vez sorprendido este pasajero, Rod Presley, quien es muy tallero, amable y buen conversador cuando está en buena, sacó a relucir toda la parte más controvertida de su huracanada personalidad, la parte que le ha valido el apodo de “nazi” de todos quienes lo conocen, exigiendo bajar al “vomitón” del bus y luego despertándolo con una fuerte reprimenda. Rama se integra inmediatamente a la discusión, la cual pareció tomar ribetes más rudos hasta que apareció uno de los choferes del bus, muy simpáticos los dos, y los calmó haciendo al avergonzado vomitador limpiar su rastro. Evidentemente, “vomitón” fue el apodo que se ganó por todo el viaje este ilustre personaje, y luego del incidente fue subido al columpio por todo el bus por una buena cantidad de minutos.

Mientras seguían tirando tallas con el incidente de Vomitón, salió a luz el segundo problema de la noche: de un momento para otro, el motor del bus perdió y perdió potencia hasta detenerse en medio de una subida, a unos 80 kilómetros de La Serena. Después no lo podían reiniciar y nuevamente la tensión y la incertidumbre se tomaron a todos los pasajeros del CON AIR DE LA CARRETERA. Trascendió que el problema fue el clásico corte de la piola del embrague, lo cual impedía pasar los cambios y obligaba al chofer a usar su talento, experiencia y dominio, subiendo o bajando de tiempo a puro oído, de acuerdo al número perfecto de revoluciones del motor. Tras varios minutos intentando hacer partir el gigantesco motor, al lograr encender el vehículo un animado “EEEEEEEEEEEHHHHH” de los pasajeros sonó como un gran y catártico suspiro de alivio.

PARTE II: LA LLEGADA

Tras subirse en La Serena los muchachos de Wedawn, atravesar más de 250 kilómetros de paisaje desértico bajo el amanecer –una postal que no olvidaré jamás- y un par de jugos de antología (cortesía de Milenko de Corona de Espinas y Rafa de Tabernarios), a las 8 y media de la mañana del lunes 17 llegamos a Copiapó, pero debido a los problemas mecánicos del bus tuvimos que detenernos en una bomba de bencina, para que los choferes pudiesen ver con calma el problema y su solución. Algunos estiraron las piernas y tomaron aire, otros siguieron durmiendo. Salieron más cervezas y volvían las animadas tallas, mientras otros pasaban a la cafetería para tomar desayuno.

Un par de horas estuvimos en esa tediosa dinámica hasta que llegó un mecánico y arregló parcialmente el problema, para después enfilar hacia el fundo de la familia de “Bambino” (uno de los organizadores de la escena), en las afueras de la ciudad, y relajarse con el descampado. Salió una guitarra, una pelota de fútbol y una improvisada –y cortísima- pichanga, mientras a las 12 y media del día ya servían un exquisito plato de tallarines y ensaladas surtidas junto a un vaso de bebida.

Luego del almuerzo, el relajo y la distensión se hicieron evidentes. Más de alguno se fue a dormir siesta al bus, otros tiraban alegremente la talla en la mesa y otros se tiraban en el pasto. En ese contexto fue memorable la performance hecha por Ivanovic con la guitarra de palo, tocando temas de Tabernarios en versiones de ranchera, con un llamativo aspecto que le valió el apodo de “monteaguilino”. A las 3 y media de la tarde partíamos de nuevo todos en el bus, esta vez al lugar de la tocata, la Sociedad de Agricultores, a la que llegamos luego de atravesar la ciudad por la Avenida Copayapu y luego por la calle Los Carrera.

El lugar era espacioso, antiguo, amplísimo, de adobe y tenía toda la onda de una construcción colonial, con un enorme patio atrás. De a poco se empezó a montar todo en el escenario, saliéndole canas verdes al sonidista con la enorme cantidad de equipo que trajeron las bandas desde Santiago. Ya se armaba el mambo y sólo había que contar el tiempo para que comenzara la fiesta. Estaba llegando gente, en cantidades moderadas, pero al caer el sol (y sangrar el cielo) se multiplicaron con virulencia.

PARTE III: EL SHOW DE LAS BANDAS, UNO POR UNO

En sus líneas más generales, este Copiarock 13 se caracterizó, como siempre, por contar con el inspirado y profesional trabajo del excelente sonidista Ian Rojas. Pese a que en escenario la sensación era de mucho rebote y poca percepción de los monitores, en el área de público las bandas se escuchaban casi como si estuvieran envasadas, con algunos pequeños detalles, armando un show que pese a todo dejó a todos satisfechos.

Wedawn: abrieron la jornada a eso de las 7 de la tarde, mostrando ocho temas repartidos entre sus dos discos de estudio (“Realidad Absoluta” 2005 y “Reencarnación” 2007) y un par de covers, donde destacó la participación del baterista de Humberstone -quien escribe- como frontman en ‘Iron man’, y luego la wedawnización descarada del zeppeliano ‘Whole Lotta Love’. Es impresionante lo que tocan estos coquimbanos, su fiato y solidez es en todas sus líneas, son de un nivel con el que pocas veces uno se encuentra en bandas locales, independientemente de su estilo. Esperamos que les vaya bien en su participación en el festival de bandas Yamaha este 27 en La Batuta. Sólo podemos criticar que la excelencia de Wedawn les podría haber otorgado un lugar propiamente dentro de la tocata, más
que cumplir el rol de “abrefuegos”.

Serpent’s Noctis: Debo ser sincero, y confesarles que lo entregado por esta banda copiapina me pareció absolutamente insuficiente, tanto en el plano musical, con su ambiguo estilo black/death old school sin velocidad, como en el plano escénico, cuando tuvieron que bajarse antes de lo presupuestado, debido a un desafortunado corte que su guitarrista se hizo en la punta de algunos dedos de su mano izquierda. Esperemos vayan progresando con harto ensayo y más tocatas.

Hellhoundz: Estos thrashers totalmente embebidos del metal calleja de los 80 fueron una de las más gratas sorpresas que pude ver por parte de la escena atacameña. Con mucha velocidad, vértigo, los lineamientos clásicos del viejo y querido speed/thrash en sus riffs y el plus escénico de tener al baterista como cantante principal, los sabuesos infernales desplegaron una artillería de set, donde quizás mi crítica puede ser que hayan tocado 3 covers (1 de Nuclear Assault y 2 de Destruction con vocalista invitado) en un set de 7 temas.

Trakto: Para una banda con tanto sentido de la melodía y el gancho como Trakto, salir después de una banda thrash podría ser algo incompatible en teoría. Pero estos muchachos son realmente talentosos y lograron imponer su buen hacer y su potencia en un público mayoritariamente metalero, pero de mente abierta. Fueron una aplanadora en sus momentos más fuertes. Quizás
le faltó volumen a la guitarra y el sinte de PepeLucio, pero fue un momento sólido y con toda la onda QOTSA que Trakto suele imprimir en su música.

Electrozombies: Impresionaron a la fanaticada desde el principio, con la presencia de las hermanas Paola y Marcela Z junto al gran Comegato (ex Yajaira, Supersordo y Necrosis, entre
otros). Su doom fúnebre, putre
facto y arrastrado prendió muy bien en la audiencia, que los contempló con una calma que pronto mutó en electricidad. Un problema con la caja de parlantes del amplificador de bajo hizo que tuvieran que parar abruptamente su presentación, pero lograron su cometido de un modo fehaciente.

Engranaje: Jugando de locales, estos jovencísimos copiapinos demostraron una vez más su enorme

manejo como banda en vivo. Sus temas fueron coreados con gran ánimo por la hinchada local, mientras arriba del escenario la entrega de los músicos coronó una presentación enérgica e impecable, con muy buen sonido y potencia en estado crudo.

Humberborrega Experience (Momento Sorpresa): Tras el show de Engranaje, logré convencer al buen “Puma” (Rodrigo Godoy) de subirnos a improvisar dos temas de nuestra querida Winexperience, debido a que la banda misma no pudo tocar por diversas causas y limitantes: Nano estaba a full en la producción, Fiocco defiende su tesis por estos días, y Pirinola está disfrutando de su pequeño hijo. Una pequeña introducción en bajo y batería, muy similar a lo que hace el dúo americano Om, calentó dedos y motores para ‘Incendio’ y ‘Evelyn’, que fueron las elegidas, frente a un público copiapino disfrutando a concho del improvisado show que nos pegamos. Pa mí fue la raja compartir emociones musicales en escena con el Puma y el Negro Borrego (y en un momento con Pancho López), porque fue cómodo, hubo onda y me saqué los balazos de no haber podido asistir con Humberstone. Ojalá abajo lo hayan disfrutado como yo.

Maniatico: La última banda copiapina en presentarse fue el número más hardcoreta de la noche, con un estilo crossover que a ratos se acercaba al thrash y en otros ratos al grindcore. Una banda interesante, pero debo excusarme que no los vi lo suficiente como para hacerme una idea acabada y dar una opinión más analítica.


Tabernarios:
El show de estos pilseneros buenos pal jolgorio y de avasalladora personalidad tuvo un enorme poder y consistencia casi metálica, que se explica en el brutal sonido del bajo de Rama unido a la solidez de Marco en la batería. Agréguenle a eso la voz maldita del Rafa y el poder vintage de las guitarras que éste comparte con Ivanovic, y tienes como resultado una bomba, lo mejor de la noche para una buena parte del público. A decir verdad estuvieron casi diez puntos, de no ser porque le faltó definición a la voz y volumen a la guitarra de Ivanovic. También salió a la luz un cable malo, pero esos detalles no lograron opacar una presentación explosiva que nos hace esperar con más ganas “Traiciones”, el postergado segundo disco del cuarteto.

Devil Presley: Rod Flamenco y sus secuaces tomaron el testimonio en el lugar preciso donde lo dejó Tabernarios, para mantener el nivel de fuego e intensidad con su poder

natural. Fue tan intensa la presentación de Presley –pese a que Rod Quijote se bajó pateando la perra porque según él sonaron mal- que en el público se provocó una gresca de proporciones, sin distinción de sexos, y la música servía como el fondo perfecto para la violenta escena.

Temas de los dos discos (y también del tercero en camino) de Presley se aunaron en partes iguales para una presentación huracanada y potente como pocas.

Corona de Espinas: Los viñamarinos tuvieron la algo ingrata misión de ir después de Tabernarios y Presley, pero sin dudas estuvieron a la altura y no desentonaron en lo más mínimo. Las guitarras de Leke y Al Raven eran una maza con cuerpo clásico que se superponía con clase al potente bajo de Milenko y la precisa batería de Chico Seba. Sin saberlo, fueron la última banda de la noche, y cumplieron con creces. Quizás podría criticar el excesivo parecido de la voz de Milenko con la de Glenn Danzig, pero le viene de perillas a la banda, suena bien y el tipo tiene aguante para cantar.

No tocaron Unhallowed, Mystic Opus ni Hellgarden, debido a la inflexibilidad de los pacos con la hora término del concierto. En efecto, llegaron a las 4 de la mañana en punto para asegurar que no hubiese más ruidos.


PARTE IV: VUELTA Y EPÍLOGO

El regreso a Santiago fue algo más calmo y tranquilo que el viaje de ida, pero no por eso estuvimos a salvo de ciertas situaciones como la vivida al inicio del periplo, cuando no conformes con cargar de equipos el bus, tuvimos que empujarlo pues la batería estaba muerta y el motor no hacía contacto. Usando todas nuestras fuerzas no creo que hayamos hecho avanzar más de 2 centímetros a la mole de metal, pero de pronto y milagrosamente el motor arrancó. Tras esos minutos de frío e incertidumbre, más o menos a las 5 de la mañana del 18 de septiembre partíamos de Copiapó para volver a nuestras casas. Situaciones divertidas no faltaron, como el retorno de Comegato a la juventud mientras veíamos un DVD de Venom, o la pasada por la conocida playa “Chigualoco”, entre Pichidangui y Los Vilos. Esos y otros detalles como la pilsen y empanadas de Los Vilos, el sahumerio en el baño con un diablito junto a Leke, Aldo y Rafa, las tallas de Chino Presley o los cabros de Trakto, y la sensación de relajo y tranquilidad dieron a este viaje un carácter piola.

Una vez en Santiago, se acumulan los recuerdos de una jornada única y engrosan el libro de anécdotas de cada uno de los que vivió este Copiarock 13. Un concierto y viaje inolvidables, con una producción impecable que siempre estuvo ahí, y muchísimas situaciones cómicas y emotivas que se van a quedar hasta en el fondo del alma de algunos. Muy difícil que vuelva a repetirse algo de similares características.


5 comentarios:

Unknown dijo...

Buena Pedro, soy Ian el zumbidista de esa jornada memorable por cierto. Gracias por los elogios y las observaciones ya que me son de gran utilidad, super buen review de la tocata. Saludos.

santiagostoner dijo...

exelente comentario don pedro, incluso me puedo ir imaginando lo que describes magistralmente.....saludos.

Dragonauta dijo...

a los ricos flatos de dogilonga!!! saludos y vengan a sure no mas aca por lo menos carneamos un equino....

SERPENTDESTRUCTOR dijo...

UNA MALA NOCHE

HOLA PEDRO
SOY EL VOCALISTA DE SERPENTS NOCTIS DE COPIAPO Y CON RESPECTO A TU COMENTARIO,EL SET DE CANCIONES PARA ESE DIA ERA DE CUATRO TEMAS PROPIOS Y UN COVER DE SLAYER.

EL CORTE EN LOS DEDOS DEL GUITARRISTA NOS IMPIDIO HACER NUESTRA PRESENTACION COMPLETA POR LO TANTO TUVIMOS QUE IMPROVISAR CON UN TEMA PROPIO Y UN COVER DE SODOM "A PETICION DE NUESTRO AMIGO NANO LOBOS (ORGANIZADOR DEL EVENTO)".QUISIMOS DARLE NUESTRO LUGAR A OTRA BANDA PERO EN VISTA A QUE LA MAYORIA SE CREEN ESTRELLAS Y QUERIAN TOCAR A ALTAS HORAS NO HUBO NADIE QUE NOS REEMPLAZARA. TRATAMOS DE HACER LO QUE SE PUDO A PETICION DE AMIGOS Y SEGUIDORES DEL GRUPO.
DESTACO ADEMAS QUE JAMAS TE ACERCASTE A HABLAR CON NOSOTROS,Y EN LOS 7 AÑOS QUE LLEVAMOS TOCANDO ESTA ES LA PRIMERA CRITICA INFUNDADA POR FALTA DE INFORMACION.

EN RESUMEN FUE UNA AGRADABLE NOCHE DE ROCK, CON MUY BUENAS BANDAS PERO UNA MALA NOCHE LA TIENE CUALQUIERA

SALUDOS DESDE LAS PROFUNDIDADES DEL ABISMO

BigFella dijo...

solo un evento como el que vivimos en copiapó puede tener la presencia para seguir generando conversación y nostalgia

grande tu pluma, mercenario!